El día 4 de enero se conmemora el Día Internacional del Braille. Este día, implantado en el 2.019, persigue la concienciación para la integración de las personas con ceguera o discapacidad visual gracias a la utilización de este sistema de lectoescritura y se hizo coincidir dicho día con el nacimiento de su creador.
Louis Braille nació en Coupvray (Francia) el 4 de enero de 1.809 y falleció el 6 de enero de 1.852. Nacido en una familia humilde dedicada a la talabartería, perdió la visión en un ojo a los 3 años por un accidente con un tranchete cuando jugaba en el taller de su padre, quedándose ciego 2 años después por la infección producida. Posteriormente, su padre le enseñó a leer mediante tachas de tapicero con las que formaba las letras sobre una madera o un trozo de cuero. En 1.818 empezó su educación en la escuela de la villa, donde su maestro le enseñó mediante transmisión oral. Recibió una beca para asistir al Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos de París (primer instituto que se creó en Francia para la formación de niños ciegos) donde posteriormente trabajaría como profesor.
En 1.821 conoció el sistema Barbier, desarrollado para facilitar las comunicaciones del ejército francés en la oscuridad, que podía ser leído con los dedos y que consistía en una transcripción fonética utilizando puntos y guiones. En 1.825 el sistema Braille empezó a utilizarse en el Instituto donde trabajaba por sus diversas virtudes frente a éste, publicándose definitivamente en 1.829. Una de estas virtudes es la independencia del carácter braille de su representación en tinta, lo que facilitaba su aprendizaje y utilización por personas ciegas. Sin embargo, dicha característica hizo que dicho sistema fuera prohibido en el instituto porque los profesores consideraban que era un inconveniente ya que aislaba a las personas ciegas de las que no tenían problemas de visión (los profesores no solían tener problemas visuales). En 1.844 se aprobó su utilización generalizada en dicho instituto por la presión de los alumnos que lo utilizaban clandestinamente. En 1.854, dos años después de la muerte de Braille, el sistema fue adoptado oficialmente por las instituciones. Para 1.882 su uso ya estaba extendido por toda Europa.
El braille es una representación táctil de símbolos alfabéticos y numéricos que utiliza seis puntos para representar cada letra y cada número, e incluso símbolos musicales, matemáticos y científicos, lo que permite tener 63 combinaciones posibles. Con la llegada de la informática, se ampliaron a ocho el número de puntos para conseguir tener 255 combinaciones y poder representar el código ASCII. Su flexibilidad ha permitido su adaptación a todos los idiomas y usos existentes, ajustándolo a sus necesidades.
Este sistema de escritura lo usan las personas ciegas o con deficiencia visual para leer distintos tipos de documentos equivalentes a los impresos para la lectura visual y garantizan la comunicación de información importante para ellas y otras personas y representa competencia, independencia e igualdad. Ha introducido diversas mejoras en la vida de dichos colectivos, como son:
- Acceso a la información en libros y revistas en papel.
- Facilidad tanto a la hora de leer como escribir la información.
- Posibilidad de utilizar etiquetas braille que permiten la identificación de diversos productos como son las medicinas, algunos alimentos, …
- Incorporación de etiquetas informativas que se pueden encontrar en los edificios como en los ascensores, puertas de despachos, monumentos, …
- Ha posibilitado la creación de dispositivos electrónicos que incluyen dicho sistema denominados líneas braile (braille display en inglés) que permiten la lectura en ordenadores así como en dispositivos móviles, así como la impresión directa en papel (impresoras braille).
En resumen, la invención del sistema braille ha posibilitado la integración de las personas ciegas en la sociedad, eliminando barreras que hasta su creación parecían insalvables.